Partiendo de una pieza sencilla como lo es el rectángulo, se generan cinco zonas bien diferencias, el escaparate trasero que da a la vía peatonal exterior, la zona de almacén, probadores, zona de pago y por último el espacio de deambulación del cliente. Ésta última, es la zona más importante de la tienda, donde se crea una gran luminaria central con forma de ola, dividiendo espacialmente en dos el local, generando así un área destinada al género masculina y la otra al género femenino. Por las características matéricas, color oscuro que resalta sobre el claro de la tienda y la luz cenital que aporta, este elemento lumínico hará que el cliente se sienta tentado a entrar y recorrerla.